Si alguien imaginaba algo diferente, no conoce al gobernador cordobés Juan Schiaretti, ni al candidato a presidente del frente peronista, Alberto Fernández. Los dos están jugando una partida imaginaria de ajedrez e hicieron movimientos en relación a la campaña electoral y al tiempo que le sigue al 27 de octubre. En síntesis, hacia afuera ambos se preocuparon por que todo parezca igual, pero la realidad no es tan así. Hubo cambios importantes.
Fernández se llevó la impresión de que el Gringo estará junto al resto del frente peronista después del 27 de octubre, dijo una fuente al tanto de los detalles del encuentro en un hotel cordobés. Mientras tanto, seguirá con su estrategia de fortalecer la representación peronista en la cámara baja y mantendrá una aparente equidistancia. También habría conseguido que el Gringo no trabaje para sumar votos por la tercera canasta (tramo presidencial de Juntos por el Cambio – lista de diputados nacionales de Hacemos por Córdoba), sino que direccione la acción de su aparato para trabajar con los Fernández y quitarle votos a Mauricio Macri.
“No es que esté Macri, pero lo mismo que dice respecto de tener diputados para defender los intereses de Córdoba, lo dice y sostiene con Alberto. Schiaretti está convencido de que vale más manteniéndose cerca, pero afuera”, explicó la misma fuente en conversación con este medio.
Tanto el gobernador como Alberto se fundieron en un fuerte abrazo apenas finalizó el acto litúrgico en la catedral cordobesa. Ahí quedaron en juntarse un rato después a tomar un café. El mandatario provincial fue hasta el hotel donde se hospeda el candidato peronista y se habría reunido en la habitación, a tomar un café y conversar. Estuvieron una hora y cincuenta minutos.
Apenas partió Schiaretti, Fernández recibió el llamado de C5N y contó algunos detalles de la reunión: “Estuvimos repasando presente y futuro. Qué hay que hacer. Es muy lindo hablar con ‘el Gringo’, es un dirigente con mucha experiencia. Ha preferido una estrategia electoral, que es respetable. Se lo que piensa. Me da tranquilidad que podamos trabajar juntos”.
La definición no es casual, ya que apenas llegó a Córdoba, Fernández pasó por La Voz del Interior y dijo que no pide el apoyo del gobernador para las elecciones, pero fue duro con Schiaretti por su indefinición respecto del modelo de país en pugna. “Es una elección nacional y soy yo el que debe convencer a los cordobeses de que me apoyen. Es igual con todos los gobernadores. Lo que me preocupa, es que el Gringo no se defina si prefiere un país con Macri o un país con nosotros”.
“Coincidimos que el gobierno no va a ser fácil, va a ser complicado. Vamos a trabajar juntos. Me dijo que acordaba con la idea que tenemos de pacto social -acuerdo entre empresarios y trabajadores, para controlar la inflación a partir de consensuar las políticas de precios y salarios-. No tenemos una mirada tan diferente de lo que hay que hacer”, le expresó a C5N.
“Lo que me cuesta entender de el Gringo que no se exprese sobre que país queremos. No es lo mismo el país de Macri, que el país que proponemos nosotros. Sin embargo, cuando hablo con él, no me parece que tengamos tantas diferencias, tenemos una mirada semejante”, dijo Fernández.
Más adelante insistió con su idea de que “no se puede pensar una Argentina pujante e integrada sin Córdoba. Por su bagaje cultural, por su industria y por su sector agropecuario”.
Schiaretti ha definido una estrategia electoral, que es cosechar a través de dos canastas: la propia -con la lista corta de diputados nacional, sin apoyar a ningún candidato nacional- y la lista corta más el tramo a presidente del Frente de Todos, que postula a Alberto y Cristina Fernández de Kirchner.
El punto, es que una vez que comenzó la campaña, el PJ descubrió que una parte de su electorado prefería votar por Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto y sus “punteros” políticos actuaron como una perfcta maquinaria de delivery de votos: entregaban la combinación preferida, por eso, Juntos por el Cambio aportó 7 puntos a la lista de Hacemos por Córdoba y el Frente de Todos, otros 6 puntos más. En la práctica se convirtió en una estrategia de tres canastas.
Lo que conversaron café de por medio, es justamente ese nudo político: Fernández le reclamó por esa conducta política y le advirtió que no lo trataría tan bien como hasta el sábado, relató la fuente consultada por ENREDACCIÓN. Este medio no pudo conocer la respuesta de Schiaretti, pero a tenor de lo dicho por el candidato presidencial del frente peronista a C5N, con matices respecto a la declaración que realizó 6 o 7 horas antes a La Voz, podría haber habido un compromiso doble: no trabajar por la combinación Juntos por el Cambio – Hacemos por Córdoba e invertir el sentido del trabajo, induciendo a un mix de “lista corta”, más los Fernández; y un acuerdo general de sumarse al resto de los gobernadores para trabajar en el futuro gobierno nacional. La frase de “miradas semejantes” sobre lo que hay qué hacer y el apoyo de Schiaretti “al Pacto Social”, revelan que, otra vez, el café ha cumplido su rol mediador.