El ministro de Energía y Minería, Javier Iguacel parece haber descubierto la pólvora con su aseveración de que EPEC y la EPE de Santa Fe tienen tarifas más caras que EDENOR y EDESUR. La semana pasada anunció un incremento del precio de la generación de energía eléctrica de 30% y afirmó que la Empresa Provincia de Energía de Córdoba (EPEC) y la Empresa Provincia de Energía de Santa Fe (EPE) cobran un VAD (Valor Agregado de Distribución), cuatro veces mayor que EDENOR y EDESUR, las dos distribuidoras privadas de energía de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires. El VAD es el costo propio de las empresas distribuidoras, separado del valor de generación, transporte e impuestos. Por cierto, en el actual modo de organización empresaria de las distribuidoras eléctricas en Argentina esa es la realidad y no hay demasiadas posibilidades de alterar ese escenario.
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Según los datos que publica el propio Ministerio y la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica de la República Argentina (ADEERA), en el planteo del ministro no se toman en cuenta una serie de factores clave en la prestación del servicio de energía: el tamaño del territorio en el que se presta el servicio, la cantidad de usuarios residenciales, y la cantidad de consumidores industriales y comerciales.
EDENOR y EDESUR tienen un área de servicio -entre ambas- de 7.941 kilómetros cuadrados y 5,45 millones de clientes frente a los 165.321 km2 y 1,08 millones de usuarios de EPEC o los 133.696 Km2 y 1,326 millones de cuentas de la empresa santafesina. Es decir, un área 20 veces más grande con 5 veces menos clientes en el caso de nuestra provincia y de 16,8 veces más territorio y 4 veces menos usuarios en el caso de los santafesinos. El abecé de las estadísticas afirma que no se pueden comparar peras con manzanas. En este caso, EDENOR y EDESUR son peras, y EPEC y EPE son manzanas.
EDENOR y EDESUR tienen un área de servicio -entre ambas- de 7.941 kilómetros cuadrados y 5,45 millones de clientes frente a los 165.321 km2 y 1,08 millones de usuarios de EPEC o los 133.696 Km2 y 1,326 millones de cuentas de la empresa santafesina.
Iguacel lanzó el reclamo a los gobernadores de las dos provincias, diciendo que “sean inteligentes”, que no aumenten más de 15% el valor de las tarifas y que “el precio de la energía eléctrica no depende de la Nación, sino de los gobernadores”. Respecto del planteo de fondo, que es el costo de generar, transportar y distribuir, es una falacia. En relación a lo formal, una verdad, porque depende de los gobernadores, dado que son compañías estatales, fijar el precio que pagarán los usuarios. Pero la realidad del planteo, es que si se siguiera la receta tarifaria de Iguacel, ni Córdoba ni Santa Fe tendrían servicio de energía eléctrica, porque sería inviable con los costos de la CABA y el GBA.
Por cierto, el ministro de Energía y Minería procura ocultar el feroz incremento del precio mayorista de la electricidad desde enero de 2016 hasta ahora, que ha superado el 1500%. Si bien es verdad que el precio de la energía estaba atrasado en 2015 respecto de otros precios de la economía, una cosa es fijar un precio de generación “argentino” y otro dolarizado como está sucediendo.
El ministro de Energía y Minería procura ocultar el feroz incremento del precio mayorista de la electricidad desde enero de 2016 hasta ahora, que ha superado el 1500%. Si bien es verdad que el precio de la energía estaba atrasado respecto de otros precios de la economía, una cosa es fijar un precio de generación “argentino” y otro dolarizado como está sucediendo.
El único modo de que se pudiera cobrar el mismo valor por Kw/h, es que se establecieran compensaciones desde aquellos que tienen más usuarios por Km2 y consumen más Kw/h por mes hacia las empresas que sirven a menos usuarios por Km2. De otro modo, el planteo de Iguacel no tiene pies ni cabeza. Por ese motivo, las estrategias de “provincialización” de los servicios públicos restan escala a la prestación y perjudican el desarrollo de la producción y la cantidad de recursos económicos disponibles para los habitantes. En los servicios públicos el tamaño del mercado a abastecer es determinante en el resultado.
Hay un factor no considerado cuando se escanea a este tipo de empresas: la energía es un servicio básico de la vida moderna y la provisión, por lo tanto, es independiente del mercado existente. Es decir, los pueblos de 500 habitantes tienen el mismo derecho a tener servicio de energía eléctrica que las ciudades de 5 millones de habitantes. Obviamente, que esta dimensión social y de política pública -por universal- no es contemplada por la dimensión de la eficiencia económica, en lo básico porque lo social es un lastre para la eficacia y por lo tanto para la rentabilidad.
Hay un factor no considerado cuando se escanea a este tipo de empresas: la energía es un servicio básico de la vida moderna y la provisión, por lo tanto, es independiente del mercado existente. Es decir, los pueblos de 500 habitantes tienen el mismo derecho a tener servicio de energía eléctrica que las ciudades de 5 millones de habitantes.
También, en esa misma línea de la escala económica, se observa que EPEC tiene un componente que reduce su eficacia por la elevada incidencia de las cooperativas eléctricas en la prestación del servicio, ya que estas distribuyen aproximadamente un 30% de la energía en territorio provincial. Más allá de la complementariedad EPEC-cooperativas, en la operación global reducen la eficacia del servicio de la compañía estatal.
En el siguiente cuadro se pueden ver los números centrales de la operación de cinco compañías: EDENOR, EDESUR, EPESP, EPEC y Electricidad de San Juan. Aquí queda en evidencia el tamaño de los mercados de uno y otro actor económico.
Más allá de que no se pueden comparar de modo directo las operaciones de las cinco empresas, dada las diferentes características de los mercados en los que operan cada una de ellas, en el siguiente cuadro se muestran los resultados de EDENOR y EDESUR versus las otras tres compañías en la cantidad de MW/h vendidos por kilómetro cuadrado. Se puede ver que EDENOR factura 151,19 más MW/h por Km2 que EPEC, y EDESUR 171,89. Es como comparar la rentabilidad de un kiosco en la peatonal Rivera Indarte donde concurren miles de personas por día con uno ubicado en Barrio Observatorio, por el que transitan algunas decenas. Por ese motivo, la tarifa en Córdoba o Santa Fe va a ser mucho más elevada que la de Buenos Aires, salvo que fuera prestada a través de trabajadores con reglas laborales de Nigeria.
Con este cuadro -y el siguiente- hay que aclarar que la mayor parte de las ventas de EPEC se producen en una menor superficie, que es la operación de distribución, pero otra parte, que es el transporte de la energía, requiere elevadas inversiones y gastos en equipos de mantenimiento para llevar la energía a toda la provincia. Esos datos no están discriminados por ADEERA ni el Ministerio de Energía. Esto es, las diferencias entre las grandes compañías distribuidoras y las de Córdoba y Santa Fe debieran reducirse, pero seguirían siendo enormemente favorables a EDENOR y EDESUR.
En el tercer cuadro se compara la cantidad de MW/h por cliente y por trabajador. La diferencia por cliente entre las distribuidoras del Área Metropolitana de Buenos Aires y EPEC, es a causa de la mayor cantidad de usuarios y del mayor consumo industrial y comercial, fundamentalmente. La cantidad de MW/h facturados por EDENOR es 4,54 veces superior respecto de EPEC. En el caso de los trabajadores, la baja superficie a atender y la mayor densidad de clientes, elevan a 3 veces la productividad de los empleados de EDENOR sobre la de los cordobeses. Sin embargo aquí cabe una salvedad: sería imposible para los cordobeses alcanzar la misma productividad que los porteños y bonaerense por el tamaño diferente de los mercados (menos clientes, inferior capacidad de consumo y menor desarrollo industrial).
Por último, en el siguiente cuadro se puede observar la facturación por Km2 y por trabajador. Surge la mayor eficacia de EDENOR respecto de EDESUR, mostrando que el Norte del AMBA es más desarrollado que el Sur. EPEC, dentro del contexto de mercados particulares en el que opera cada empresa y hemos señalado precedentemente, logra por trabajador una facturación similar a la de EDESUR, a caballo de sus tarifas más elevadas; en cambio, por Km2, el diferencial se vuelve abismal a favor de las empresas metropolitanas.
Una conclusión elemental en el tema de las tarifas y la eficacia de estas empresas, es que no se pueden comparar compañías que operan en mercado tan distintos -si lo podrían ser EPEC con EPE, pero no EDENOR versus EPEC o EPE versus EDESUR-. Por lo tanto, el tema tarifario es mucho más complejo que una simple declaración de marketing político como la emitida por el ministro Iguacel para ocultar la incidencia del precio mayorista de la energía y la brutal transferencia de ingresos que se está produciendo desde consumidores y el sector productivo a las compañías de servicios públicos, a las generadoras de electricidad y a las petroleras.
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