Trabajadores de hospitales y centros de salud públicos de toda la provincia realizaron este miércoles un paro de 24 horas y una movilización en reclamo de un aumento salarial que lleve el mínimo al valor de la canasta básica ($128 mil) y por el pase a planta permanente de centenares de empleados precarizados.
La medida se cumplió con alto acatamiento -hubo guardias mínimas en todos los centros asistenciales- y en Córdoba Capital se produjo una multitudinaria manifestación que finalizó frente al Patio Olmos.
La protesta, según el lugar, contó con la organización de trabajadores autoconvocados, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), la Unión de Trabajadores de la Salud (UTS) y la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA).
Una particularidad de este conflicto es que la mayoría del personal de salud no reconoce al Sindicato de Empleados Públicos (SEP), el gremio con el que negocia las paritarias salariales el gobierno provincial. Este hecho complejiza las negociaciones.
El conflicto de Salud se intensificó hace dos semanas con la renuncia de 17 médicos del Nuevo Hospital de Río Cuarto y se profundizó luego, con una ola de asambleas y protestas en los diferentes nosocomios de todo el territorio provincial.
A su vez, los trabajadores del sector, que perciben un básico promedio de 75 mil pesos, reclaman que los incrementos sean remunerativos para que impacte en los adicionales y los sueldos de los jubilados provinciales.
“El modelo cordobesista que encabeza (Juan) Schiaretti ha llegado a su fin: no se puede seguir precarizando y persiguiendo a trabajadores y trabajadoras. Es momento de hacerse cargo y pagar salarios dignos”, expresó Federico Giuliani, Secretario General de ATE Córdoba.
“El tema del personal es clave, porque año a año vienen disminuyendo la cantidad de trabajadores y trabajadoras. En seis o siete años bajamos de 18 mil a 14 mil compañeros en la salud de Córdoba, no se renuevan las altas por bajas”, explicó Diego Saurina, delegado de ATE en la Maternidad Provincial.
“En el Misericordia no tenemos personal administrativo para cubrir la demanda. También se jubilaron o renunciaron compañeros técnicos y nunca se cubrieron”, relató Jennie Moreno, delegada del centro de salud de Barrio Güemes.
En tanto Osvaldo Reynaldo, delegado de ATE en el San Roque Viejo, apuntó que “hay una problemática que agudiza la crisis del sistema y tiene que ver con modalidad contractual que establece el Estado, de forma muy precarizada. Monotributos, becarios, residentes, una precarización laboral que hacen que el entorno no se parezca a algo saludable. Esto también afecta la calidad de atención”.
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