El ministro de Economía, Sergio Massa, y los principales consejeros del presidente Joe Biden, Jake Sullivan, Mike Pike y Juan González, analizaron los efectos de la guerra en Ucrania en la economía argentina, intercambiaron ideas sobre cómo encarar los desafíos de seguridad alimentaria y energética global y avanzaron en la posibilidad de poner en marcha iniciativas en materia de comercio bilateral e inversiones.
El encuentro se llevó a cabo este mediodía en la Casa Blanca y la presencia de los tres estrechos consejeros de Biden determinó un importante refuerzo en las medidas de seguridad en el Ala Oeste de la residencia, que se llenó de policías y efectivos del servicio secreto.
Massa estuvo acompañado por el embajador Jorge Arguello; el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein; y Gustavo Martínez Pandiani, diplomático de carrera y asesor del titular del Palacio de Hacienda en asuntos internacionales. En la reunión también participó el embajador de EEUU en la Argentina, Marc Stanely.
La presencia del Consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, que no estaba previsto inicialmente, pone de manifiesto el gran interés de Estado Unidos sobre los temas que estuvieron bajo análisis.
En particular, EEUU busca la posibilidad de implementar mecanismos que permitan ayudar a Europa a sortear la crisis alimentaria y energética que se avecina en el próximo invierno boreal, a raíz de la invasión rusa a Ucrania.
“Se analizaron los efectos de la guerra en la economía argentina e intercambios ideas sobre cómo encarar de modo cooperativo los desafíos de seguridad alimentaria y energética global. También se refirieron a iniciativas orientadas a incrementar el comercio bilateral y las inversiones”, señalaron fuentes de la delegación que acompaña al ministro Massa al dar cuenta los temas abordados en la reunión.
Entre las ideas que surgieron en el encuentro se habló de ver la forma de avanzar en armar una especie de mercado de futuros del gas, en donde los productores puedan vender al Viejo Continente el esencial combustible, de manera de garantizar el abastecimiento en los próximos años.
Argentina no está en condiciones de exportar de manera inmediata gas, pero el proyecto de Vaca Muerta y el nuevo “plan energético” que Massa presentará con detalles de incentivos al sector el próximo 14 de septiembre -un día antes de ingresar al Parlamento el Presupuesto 2023- auguran un desarrollo promisorio para el sector, más allá del objetivo de tener operativo el Gasoducto Néstor Kirchner a mediados de 2023.
Massa se comprometió a estudiar la “idea” deslizada por los funcionarios de la Casa Blanca e intercambiar consultas con el sector privado.
Durante la reunión, los funcionarios de la Casa Blanca mostraron la predisposición del gobierno de EEUU de colaborar con el país en el FMI.
Massa, tras agradecer el gesto de apoyo de cara a las negociaciones en curso, consideró que no era momento aceptar alguna oferta similar, debido a que “las negociaciones técnicas iban muy bien”, en referencia a las conversaciones en curso por la segunda revisión del programa con el organismo multilateral.
Con las negociaciones técnicas avanzadas esta semana, Massa se reunirá el próximo lunes con Kristalina Georgieva, la titular del FMI, y con David Lipton, del Tesoro de Estados Unidos.
El aire que se respira en el equipo económico es que la Argentina estaría en condiciones de aprobar la segunda revisión e ir más allá y cumplir las metas.
En este clima mucho ayudó el respaldo que dio el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con el aporte de 3.000 millones de dólares en créditos para el corriente año, de los cuales 1.200 millones podrán usarse para reforzar las reservas del Banco Central.
Es que en el FMI, que venía pidiendo formalmente hace meses un mayor compromiso de los otros organismos con el país, se mostraron hoy “impresionados” con el apoyo concreto que logró la Argentina de parte de la entidad que conduce Mauricio Claver-Carone.
Con el Banco Mundial se logró otro tanto, aunque ahí el intercambio necesita que la Argentina aporte el 50% del monto total previsto para cada proyecto, para poder recibir en los próximos seis meses los 900 millones de dólares comprometidos este miércoles por el organismo multilateral.
Massa repite a quien lo quiera escuchar que “aún la estamos remando en dulce de leche”, debido a la delicada situación que enfrenta el país por la crisis energética. Lo que se habló en Washington es un seguimiento de pasos de cómo estabilizar la macroeconomía, en el medio de un renovado interés por las inversiones energéticas en el país que pueden ayudar a apuntalar a la economía.
De hecho las reuniones con las mineras Rio Tinto y Livent, de sector del litio, se garantizaron inversiones para ampliar la producción en el mediano y largo plazo.
Hubo también inquietud de alguna empresa exportadora por el tipo de cambio, pero Massa argumenta que en esta cuestión “no hay magia” y que deberán cumplirse una serie de requisitos y medida para ir estabilizando la economía.
> Con información de TÉLAM.
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