El beso es símbolo de cariño, amor o deseo en al menos la mitad de los países del planeta y también tiene enormes beneficios para la salud de las personas: un beso apasionado, por ejemplo, hace intervenir a más de treinta músculos faciales que mejoran la expresión, relajan la piel y ayuda a liberar endorfinas, que se conoce como la hormona de la felicidad. Por cierto, también entran en contacto colonias de bacterias, que viajan por el mundo yendo de boca en boca. El punto, es que el 13 de abril se conmemora el día internacional del beso en la mayoría de los países de habla hispana y se lo hace para recordar el récord de una pareja tailandesa que estuvo 46 horas besándose.
Second Love es una las grandes plataformas de citas extramatrimoniales en la Web. Una encuesta entre sus 2,5 millones de usuarios, reveló que los besos con amantes son más intensos y apasionados. En cambio, apenas un 25% de los matrimonios le demuestra afecto a su pareja a través del beso, según la medición del sitio en base a las respuestas reunidas.
“Los resultados no sorprenden y ratifican los resultados de encuestas anteriores realizadas por Second Love: las parejas “formales” se besan menos que las parejas “clandestinas”, asegura la información de prensa del sitio.
Agrega que “en lo que a besos se refiere, la comezón no sería en el séptimo año, sino mucho antes: tanto usuarios hombres como mujeres manifestaron que durante la primera etapa de su matrimonio había más pasión en la pareja y los besos eran cotidianos. A partir de los tres años, la cifra comienza a descender: apenas el 25% besa a su esposo/a con frecuencia”.
El informe revela que “las demostraciones de cariño hacia los o las amantes son mucho más intensas y que, a mayor tiempo de relación, mayor deseo de recibirlas”.
En los estudios anteriores de la plataforma surgió que “en el caso de los hombres el principal motivo de la infidelidad es que su vida sexual no los satisface y que están cansados de la rutina. Las mujeres, en cambio, buscaron encontrar alguien que les preste la atención que no tienen en su pareja”.
PURA SALUD
Otro costado del beso, es que mejora la salud. Distintos estudios demuestran que besar ayuda a la salud cardiovascular e incluso, a bajar de peso, entre otros beneficios. Algunos de esos trabajos consultados indican que un beso apasionado permite “quemar” hasta 12 calorías, pero lo más importante, es que calma la ansiedad y por lo tanto los deseos de comer. También, los besos actúan contra el estrés y la tensión, y por supuesto, son importantes para elevar la autoestima.
Besar tiene otro lado bueno: ambién reduce la cantidad de arrugas en la cara. Aunque parezca muy simple juntar los labios, se trata de una actividad compleja en la que intervienen elementos anatómicos y respuestas fisiológicas. La boca es la parte con mayor movilidad del cuerpo y un beso apasionado activa hasta 34 músculos, mientras que un beso en la mejilla sólo pone en acción a doce músculos faciales. Participan en esta increíble operación cinco pares craneales, el nervio facial, el hipogloso, glosofaríngeo, el olfatorio y el nervio trigémino, de los doce que tenemos. O sea, afecto y ejercicio.
Ahora, también un beso es un puente para las bacterias que viven en la boca de todas las personas: Un estudio realizado por la Organización para la Investigación Científica Aplicada (TNO), de Holanda, determinó que esta cavidad es anfitriona de 700 variedades de bacterias y por medio de un buen beso, suelen transportarse alrededor de 80 millones de ellas. Se podría decir algo así como: “te doy todo mi amor… y mis bacterias”. Pero atención: Al besar, el cuerpo produce todo tipo de neuropéptidos, que son sustancias químicas que evitan las infecciones. Así que el riesgo de contagios peligrosos, es muy bajo.
Sin embargo, pese al valor que le damos a este acto, la historia del beso no sería tan extensa. Por el contrario, ha sido más bien intensa: Rafael Wlodarski, de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, le dijo a la BBC, que “la prueba más antigua se encuentra en unos textos en sánscrito de más de 3.500 años. Allí se la describía como la acción de inhalar el alma del otro”.
La realidad es que, más allá de explicaciones relacionadas con la salud, la cultura, la historia o la evolución de la especie humana, en la cultura occidental, sin beso no hay romance. Y lo que verdaderamente importa, es el romance. Por lo tanto, como diría un conocido conductor que tuvo la TV argentina, Roberto Galán: “Hay que besarse más”.
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