El diputado nacional Miguel Pichetto (Encuentro Federal) tuvo una de las más potentes intervenciones en el debate del proyecto de Ficha Limpia, que prohíbe a personas que tengan una condena en segunda instancia por corrupción a ser candidato a elecciones y a ocupar cargos en el Poder Ejecutivo. A la hora de votar, se abstuvo, y al momento de fijar su posición cuestionó la iniciativa oficial, diseñada por el ministro de Defensa, Luis Petri, que prohibía candidaturas si la condena se producía antes del 31 de diciembre del año previo al comicio, pero habilitaba si el fallo era fechado en el año de la elección: “Lo del ministro de Defensa, que no sé cómo aparece, porque es un verdadero mamarracho y le da discrecionalidad (al Poder Judicial), de que ‘si te condeno un año antes no’, y ‘si te condeno en el año electoral sí’… Juguemos en el bosque mientras el lobo no está… Démosle más poder al Poder Judicial”.

Pichetto cuestionó “este camino que elige el Congreso, con buenas intenciones a veces”, y remarcó la necesidad de que el sistema político tenga “equilibrios y contrapesos”. Citó la experiencia brasileña, que consideró “demoledora”, recordando que en 2010 “Lula se compra el discurso de la anticorrupción y vota ficha limpia. Creo que, en 2014, el juez Aldo Moro lo condena con doble conforme y le impide ser candidato. A Lula le gusta bailar con el verdugo… Arman la estructura para que después el poder se transfiera al sistema judicial”.

Para el legislador, lo que se debería haber hecho, en lugar de caminar lo que definió como “el camino judicialista de las almas bellas”, era “haber profundizado la defensa del Congreso nacional y de las atribuciones que nos da el artículo 66 de la Constitución Nacional, que nadie menciona, porque no repasan ni leen la Constitución”.
Recordó que, según la Carta Magna, el Parlamento “es el árbitro que puede controlar quién puede ingresar o no, y puede echar a un diputado o un senador, como lo hizo hace pocos días, por inhabilidad moral (El caso del senador Edgardo Kueider)”.
También trajo al recinto otros casos en el mismo sentido, como los de Luis Patti y Antonio Domingo Bussi, a los que se les prohibió el ingreso, a pesar de hacer sido votados, y se fijó así “el criterio de la inhabilidad moral”. Así las cosas, consideró que “ese era el camino del fortalecimiento del Congreso para evitar que a gente que tiene condenas no le permitan el juramento. Pero no, optamos por el camino judicial, un camino equivocado”.
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