El Ministerio de Salud de la Nación informó que este miércoles se registraron cinco nuevos fallecimientos en todo el país y 80 contagios de COVID-19. De este modo, el total de decesos asciende a 65 y el de pacientes con la enfermedad a 1795. El gobierno nacional ya confirmó que las restricciones de la cuarentena continuarán después del 12 de abril a las 24. Si bien se estudia sumar a algunos sectores a las actividades excluidas, el aislamiento continuará exactamente igual en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y la provincia de Buenos Aires, donde hay una elevada cantidad de casos de transmisión comunitaria (esto es contagio local, sin participación de personas que hayan viajado al exterior o hayan estado en contacto estrecho con ellas).
Mientras que, en Brasil, donde su presidente Jair Bolsonaro, cuestiona las medidas de confinamiento social y se encuentra enfrentado con otro sector de su gobierno respecto a cómo enfrentar la pandemia, ayer jueves se produjeron 133 muertes y 2210 nuevos casos de COVID-19. Por lo tanto, en el vecino país, el número de víctimas fatales llega a 800 personas y de pacientes enfermos a 15927.
Según precisó la cartera sanitaria, de los fallecidos, dos son mujeres: una de 61 años que residía en la provincia de Tucumán y otra de 82 de la provincia de Buenos Aires. Mientras que los tres restantes, son varones, dos de 72 y 68 años, que vivían en la Ciudad de Buenos Aires y otro de 64 de la provincia de Neuquén.
Argentina tiene un porcentaje de fallecimientos en relación a los contagios de 3,62% en los 37 días de extensión de la pandemia. Brasil, registra un valor más elevado: 5,02%. Mientras que la media mundial se ubicó ayer en 5,89%.
Sin embargo, la progresión de la cantidad de muertes lleva una curva ascendente en el país. En la tercera semana desde que comenzó la pandemia, el porcentaje de víctimas fatales fue de 3,01%; en la cuarta de 4,38%; y en los dos primeros días de la quinta (7 al 13/4) alcanzó 7,19%.
Por el contrario, la curva de contagios en la quinta semana muestra una leve reducción del 11% en el promedio de casos respecto de la semana precedente (83,5 versus 94,4). Se trata de un comportamiento lógico, asociado a la cuarentena, que en teoría limita la cantidad de contactos entre un infectado y personas sanas.
La secretaria de Salud, Carla Vizzotti.
En tanto, la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, explicó que el uso de barbijos caseros es una medida de protección “adicional” para evitar difundir el coronavirus en períodos asintomáticos de la enfermedad, pero no reemplaza al lavado de manos y superficies, la ventilación de ambientes y, sobre todo, no elimina la necesidad del distanciamiento social.
Por su parte, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta dijo que no se reanudarán las clases en las escuelas en el corto plazo y sólo se permitirá el regreso a las aulas “cuando la Organización Mundial de la Salud asegure que no hay ningún riesgo para las familias”
Además resaltó en declaraciones radiales que se busca que “los chicos sigan aprendiendo a la distancia y manteniendo la relación pedagógica”.
En tanto, el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, criticó a quienes piden que se flexibilice la cuarentena y advirtió que “todavía no llegamos al momento más crítico” de la pandemia por coronavirus.
“Escucho a algunos medios hablar de la flexibilización de la cuarentena, y hay cierto relajamiento. No nos confundamos, todavía no llegamos al momento más crítico”, escribió Gollán en su cuenta oficial de Twitter.
El titular de la cartera sanitaria provincial afirmó que “el aislamiento social va a continuar y va a ser más estricto para los grupos de riesgo”.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación.
Fuente: Ministerio de Salud de Argentina y OMS.
LA SITUACIÓN EN BRASIL
El ministro de Salud, Luiz Mandetta, afirmó ayer, al dar los datos en conferencia de prensa que el país debe “mantener la calma” y evitar caer en debates políticos acerca de la necesidad del aislamiento social o los supuestos beneficios de la cloroquina.
Brasil vive una conmoción política en torno de la pandemia de coronavirus pues el presidente Jair Bolsonaro defiende el uso de la cloroquina y rechaza la cuarentena, adoptada de todos modos por casi todos los gobernadores y recomendada por Mandetta.
El lunes pasado, el mandatario pareció dispuesto a echar del gobierno al ministro de Salud -que lo duplica en popularidad, según las últimas encuestas- pero dio marcha atrás ante el rechazo de las principales figuras de su equipo y del Congreso.
De hecho, Mandetta ratificó en la rueda de prensa de esta tarde que la cuarentena es “el único método efectivo” para contener la propagación del coronavirus y aconsejó a los brasileños “no relajar” el encierro, según la agencia de noticias EFE.
Por su parte, Bolsonaro pareció responder a Mandetta esta noche, en un mensaje por la cadena oficial de radio y televisión, en el que advirtió a sus ministros: “Todos deben estar sintonizados conmigo”.
“Las consecuencias del tratamiento no pueden ser más perjudiciales que la propia enfermedad; el desempleo lleva a la pobreza, el hambre, la miseria y a la propia muerte”, y “los más humildes no pueden dejar de moverse para ganar su pan de cada día”, sostuvo el jefe del Estado.
La política de Bolsonaro frente a la pandemia fue criticada por el presidente argentino, Alberto Fernández: “Cruzamos la frontera y tenemos un estropicio”.
“Tenemos en Brasil un país que no ha prestado atención adecuadamente al tema y ahí viven 200 millones de personas”, indicó Fernández, quien destacó que “limita con todas los países de América latina, salvo Chile”.
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