El Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) del Centro de Almaceneros y Comercios Minoristas de Córdoba, registró para el mes de mayo de 2025 una inflación de 1,72%. De confirmarlo la medición del Instituto de Estadística y Censos (INDEC), este resultado podría representar el índice mensual más bajo desde mediados de 2020, cuando el país atravesaba el aislamiento por la pandemia COVID-19.

La cifra forma parte del informe mensual que realiza el IETSE y revelaría el reinicio de una tendencia a la baja de los precios luego del salto que tuvieron en el mes de marzo (3,7%), en medio de la incertidumbre cambiaria y el acuerdo con el FMI.
Cabe recordar que el Indec había medido en abril de 2025 un IPC de 2,8%, -0,9 pp. por debajo del índice del mes de marzo. De este modo, en el primer cuatrimestre del año, el acumulado había llegado al 11,6% y en los últimos doce meses a 47,3%.
Uno de los elementos clave de este descenso medido por el IETSE fue la performance del rubro “Alimentos y Bebidas sin Alcohol”, cuya suba fue inferior al 1%, algo que no se registraba desde hace casi seis años. Esto tuvo un fuerte impacto en la desaceleración general del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
El trabajo detalla que la Inflación acumulada (enero-mayo 2025) medida por el IETSE es de 13,4% y la interanual se ubica en 44,7%. En tanto que inflación proyectada anual es de 38%.
El estudio informa que la Canasta Básica Total (CBT) para una familia tipo de cuatro personas (Línea de Pobreza) asciende a $1.445.530, mientras que la Canasta Básica Alimentaria (CBA) se ubica en $772.602 (Línea de Indigencia).
Por su parte, en el resumen del informe, el equipo del IETSE apunta que el dato “alentador” de la baja de inflación convive “con una realidad social preocupante. Las encuestas de hogares realizadas por el IETSE, evidencian que el consumo continúa estancado y que el poder adquisitivo de las familias no ha logrado recomponerse”.
Precisa que “más de la mitad de los hogares relevados no puede cubrir adecuadamente la Canasta Básica Alimentaria, y casi un 90% necesita financiar su alimentación con tarjetas de créditos, fiado, dinero prestado o depender de la asistencia estatal”.
También revela que “la inseguridad alimentaria y la necesidad de recurrir a estrategias extremas para acceder a los alimentos continúan afectando a una porción importante de la población”.

De acuerdo al IETSE, el “57,9% de los hogares no accedió satisfactoriamente a la Canasta Básica Alimentaria; el 72,3% de quienes sí accedieron lo hicieron gracias a asistencia estatal (AUH y Tarjeta Alimentar); y el 10,3% de los hogares tuvo integrantes que comieron sólo una vez o directamente no comieron en algún día del mes”.
Plantea que el “18,1% realizó acciones que hubiesen preferido no hacer, para conseguir alimentos (como pedir dinero o comida); el 19,6% de los hogares se quedó sin alimentos en algún momento del mes; el 30,1% reportó que algún integrante sintió hambre y no pudo satisfacerlo; y el 49,5% debió suspender al menos una comida diaria”.
Finalmente, destaca que el 88,4% financió alimentos (tarjetas de crédito 44,2%, fiado 36,7%, y dinero prestado 7,5%).
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