El municipio de Villa María destruyó más de 160 caños de escape que estaban fuera de la normativa vigente. Se trata de la tercera intervención de este tipo, luego de las realizadas en octubre y marzo. La iniciativa, explica el comunicado de prensa, “busca mejorar la calidad de vida de los vecinos y reducir la contaminación sonora”.
El intendente Eduardo Accastello supervisó la destrucción de los caños de escape no homologados, pertenecientes a motocicletas y automóviles retenidos en controles de tránsito y otros operativos de seguridad llevados a cabo durante los últimos meses.

Esta acción, coordinada por la Secretaría de Prevención, Seguridad y Convivencia Urbana, tiene el objetivo de concientizar acerca de los daños sonoros y ambientales que generan este tipo de artefactos cuando se encuentran en infracción, en el marco de las Ordenanzas 7.376 y 8.156.
La titular de la mencionada cartera, Guadalupe Vázquez, dijo que “esta destrucción está prevista por ordenanza como obligatoria. En pocos meses ya superamos los 450 caños de escapes destruidos. En Villa María no negociamos la paz social, necesitamos convivir entre todos y todas. Muchas veces esa convivencia se ve alterada por este tipo de instrumentos que se le colocan a los vehículos y que no son reglamentarios, para que generen ruidos por sobre lo tolerado”.
La funcionaria agregó que “medimos con decibelímetro, siempre respetando las garantías constitucionales, pero también haciendo respetar los derechos de los vecinos y vecinas que quieren vivir en paz y sin ruidos. Realmente se trata de un hecho histórico por la velocidad con la que venimos trabajando en este sentido ya que anteriormente se realizaban entre 100 y 120 destrucciones anuales”.
Durante el procedimiento de destrucción, se destacó que los dispositivos secuestrados fueron retirados por infringir las normativas municipales que establecen la prohibición de caños de escape no reglamentarios en relación a la emisión de ruidos por parte de motovehículos y automóviles particulares, lo que genera contaminación ambiental y sonora.
Los vecinos a quienes se les incauta su vehículo reciben una infracción y posteriormente el Juzgado de Falta aplica la multa correspondiente. Al momento de restituir los rodados a sus propietarios, es requisito que se presenten caños de escape homologados, los cuales son instalados para cumplir con las regulaciones vigentes y preservar el bienestar de la comunidad.
La normativa local establece que los vehículos deberán circular con el caño de escape original o uno similar que cumpla con las normas establecidas. Los infractores tendrán la posibilidad de solicitar una prueba de emisión sonora y, en caso de que las emisiones resulten dentro de los límites permitidos, quedarán eximidos de multas y gastos de traslado.
La ordenanza también establece que los talleres mecánicos que realicen alteraciones en los caños de escape o coloquen dispositivos no reglamentarios serán sancionados con una multa mínima de 500 U.M. Además, la ordenanza establece que quienes infrinjan esta normativa quedarán excluidos de beneficios sociales municipales, incluyendo asistencia alimentaria, subsidios y programas de medicamentos gratuitos, entre otros.
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